lunes, 5 de agosto de 2013



El síndrome del burnout

Se trata de un síndrome clínico descrito en 1974 por Freudemberg, psiquiatra, quién observó que al año de trabajar, la mayoría de las personas sufría una progresiva pérdida de energía, hasta llegar al agotamiento y la depresión, así como desmotivación en su trabajo. Este es un grave problema de salud en la actualidad. Los efectos del estrés laboral se volvieron tema de preocupación médica a partir del año 2000.

El estrés laboral puede darse ya sea por alcanzar los objetivos de una empresa o de un jefe, por complacer a los clientes o simplemente por perfeccionismo. Día con día, el estrés empieza a acechar al ser humano que trabaja. Y más si es un trabajo monótono que no consume energía física, sino que solamente consiste en presión mental y emocional. Originalmente era un término utilizado para médicos y docentes. Sin embargo, ha empezado a llamar la atención que en trabajos de servicio al cliente.

 El síndrome de burnout tiene consecuencias muy negativas tanto para el sujeto que lo padece como para la organización en la que desempeña su rol profesional. En el individuo puede afectar a su salud física o mental, dando lugar a trastornos psicosomáticos como alteraciones cardiorrespiratorias, jaquecas, gastritis, úlceras, insomnio, mareos, etc; o psicopatológicos como ansiedad, obsesión-compulsión, sensibilidad interpersonal, depresión, hostilidad, ideación paranoide, alcoholismo y adicciones.

En la organización puede dar lugar a una grave reducción del rendimiento profesional, a un deterioro de la calidad asistencial o del servicio, rotaciones excesivas, absentismo e incluso abandono del puesto.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha definido al estrés laboral como una “epidemia mundial”.

Creo que es bien importante que tengamos en cuenta todo aquello que nos ocasiona estrés o alguna dificultad para rendir el mejor esfuerzo en el trabajo.
Hay muchas técnicas que ayudan a manejar el estrés; como los síntomas del estrés son variados y personalizados debemos afrontarlos de uno en uno de diferentes formas, tanto con la dieta, ejercicio, como con la organización del tiempo y de nuestras actividades, estableciendo horarios, es fundamental para poder descansar, no estar preocupados, no sufrir continuos sobresaltos, olvidos importantes, etc, pero no cabe duda de que la prevención es la mejor aliada para combatir los primeros síntomas de este mal y, así, mejorar la calidad de vida. Y cuando nuestro estresor en el trabajo es algo que está fuera de nuestro control, lo mejor es hacer un auto análisis para determinar si estamos en el trabajo correcto o es necesario buscar otras opciones laborales.


Referencias: 
 
Taub, A. Síndrome de burn out. Recuperado de : http://psi21.com.ar/Sindrome-de-Burn-out.html

Como lidiar con el estres. Recuperado de: http://studygs.net/espanol/estres.htm


Romper con la inercia

En la física la inercia se refiere a la propiedad de los cuerpos donde se mantienen en reposo si no hay una fuerza actuando sobre ellos. Lo que ocurre con un objeto estático cuando se requiere de un esfuerzo para romper la inercia que lo mantiene en total quietud, sucede también con los seres humanos encaprichados o acostumbrados a no salir de su estancamiento, aunque ello les represente en la práctica retroceder y hasta desaparecer.

A veces en la vida es normal aferrarse a viejos patrones en vez de imaginar (y tratar de alcanzar) lo que te hace sentir más feliz. No es que las cosas estén mal a nuestro alrededor, sino que nos quedamos estancados en el mismo sitio durante tanto tiempo que ocupas un nuevo aire. Por supuesto que siempre estamos más cómodos y nos sentimos más seguros en lo conocido pero si actuamos es precisamente para cambiar las cosas sino no actuaríamos.Para salir de este estancamiento es solo cuestión de identificar la meta, lo que queremos cambiar y comenzar a generar la energía y buscar la inspiración para alcanzarlo.

Existen muchas opciones a la hora de elegir el tipo de vida que deseamos, es
Parte de lo que nos impide descubrir lo que queremos, también es que cuando empezamos a visualizarlo, nos frena el temor y la inseguridad. ¿Qué pasa si nos equivocamos? Sabemos que hacer cualquier cambio es arriesgado, pero todo fracaso al final mejora nuestra curva de aprendizaje y realmente creo que es mejor arrepentirse de algo que se hizo y no por algo que no se hizo. Voluntad, iniciativa, inteligencia, esfuerzo y perseverancia están dentro de los principales componentes del reto actual de romper con el estancamiento.

Una vez que tenemos la idea de lo que queremos conseguir, hay que crear un plan de acción real. Según Barry Schwarts, profesor y psicólogo: “La clave está en introducir pequeños cambios que te permitan dejar a un lado tus miedos y salir de tu zona de confort”. Romper la rutina y descubrir cosas nuevas, ampliar nuestro círculo social, conocer personas que han triunfado en su carrera puedan llegar a convertirse en guías profesionales. Otra manera de romper la inercia es matricularse en clases relacionadas con la meta que tenemos, al estar rodeados con gente afín nos pueden dar información práctica necesaria para darle el giro que queremos a nuestra vida.

Nada alcanzamos si no nos comprometemos en la acción. Es en la acción que se produce el cambio. Requiere de valor tomar la vida en nuestras propias manos. Lo contrario es la inercia, la apatía y la pasividad. Más vale haberlo intentado y haber fallado que nunca haberlo intentado. 



Referencias:


Schwartz, B. The paradox of choice. Recuperado de: http://www.swarthmore.edu/SocSci/bschwar1/Choice%20Chapter.Revised.pdf

miércoles, 31 de julio de 2013




Trabajo en servicio al cliente, no es para todos


La mayoría de empleadores buscan personas buenas y amables con una personalidad simpática para trabajar en puestos de servicio al cliente, ese tipo de personas de las que es difícil enojarse porque son naturalmente dulces y educados. Suena lógico, pero no es el caso siempre, dependiendo del tipo de empresa terminas desgastado y con presiones que no puedes manejar muy efectivamente. El problema es que si eres muy bueno no deberías trabajar en este tipo de puestos, especialmente call centers.

Las personas muy buenas, son sensitivas. Recordemos que los clientes son impacientes, abrasivos y muchas veces rudos. Por supuesto hay excepciones, pero todos los que han trabajado en servicio al cliente saben que la mayoría de clientes están enojados. Tienen un inconveniente con la compañía y  descargan su frustración en el agente. El problema es que internalizamos los insultos y acusaciones y lo tomamos personal. Mientras más experiencias así tienes en el día, peor te sientes. Si eres muy sensible, emocionalmente te afecta. 

Las personas muy buenas quieren hacer feliz a todos sus clientes. Todos los clientes ocupan ayuda, y hay problemas  que realmente son de atención, donde los clientes tienen situaciones personales difíciles y desesperadamente ocupan opciones de ayuda,  pero no todo el tiempo como agente se tiene el poder para solucionar los problemas y esto causa un sentimiento de impotencia. A veces el tener que actuar a favor de la compañía aunque no es lo más justo en algunos casos, es lo que debes hacer y te sientes culpable.

Muchas de las personas que trabajan en call centers desarrollan un tipo de armadura donde los insultos no pasan, los problemas no los afectan y suenan como robots. Una persona muy buena no debería trabajar en muchas de estas posiciones de servicio al cliente, su personalidad simplemente no lo permite. Como sugerencia, hay que conocer qué tipo de personalidad tenemos y buscar una carrera acorde.  


Referencias:
Dr. Pablo R. Cólica Estrés laboral en trabajadores de Call Center y afines.  Recuperado de: http://www.medestres.com.ar/art_prof/call.htm

domingo, 28 de julio de 2013




¿Cómo los estados de la mente mejoran la comunicación?

En la búsqueda de como entender la forma de interactuar con los demás leí sobre una teoría interesante llamada el estado del Yo, este es un conjunto de formas de pensar, sentir, actuar y hablar lo cual define nuestra personalidad y establece que todos nosotros tenemos tres "estados de la mente" que utilizamos en nuestras interacciones diarias con los demás: el yo padre, el yo niño, y el yo adulto (Berne, E). 

Estas no tienen nada que ver con la edad o si realmente somos padres, surgen de la influencia de las experiencias pasadas, se reproducen en nuestras mentes y expresamos en nuestras acciones y reacciones actuales.

Todo el mundo tiene la capacidad de ser influenciado por cualquiera de los tres estados en un momento dado, a veces tendemos a utilizar uno de ellos más pero la comunicación y relaciones en el trabajo mejoran si sabemos cual estado es más apropiado en las diversas situaciones. Aunque se recomienda usar más el yo adulto porque comunica respeto por otros y se evitan conflictos.

El padre, son aquellos mandatos de lo que se debería hacer, que fueron impuestos o grabados, por padres, maestros y el medio cultural, donde uno nació y se educó. El principio del deber.

El adulto, es aquella parte de la mente que reacciona en forma racional y decide en base a las comprobaciones de la realidad y a lo que le conviene, es lógico. El principio de la realidad de lo que conviene hacer.

El niño, son los gustos que no tienen mucha lógica, lo que a uno le gusta hacer en forma natural, el que se divierte, la parte emocional. El principio del placer.

De manera que para mejorar o mantener un ambiente bueno en el trabajo, debemos saber que estilo de comunicación vamos a usar y como esta va a impactar a los demás. Por ejemplo, y para ilustrar cada estado pensemos lo siguiente: 

Un compañero se acerca utilizando el modo padre con la siguiente frase y en tono de crítica: “Usted nunca consigue terminar las llamadas para el final del día”. Si contestamos en modo del yo niño sería: “Bueno nadie me ayuda a realizar las llamadas nunca, además, porque siempre las tengo que hacer yo?” Mientras que si usamos el yo adulto responderíamos: “ ha sido una tarde ocupada, porque no nos tomamos unos minutos mañana para idear un plan en el que podamos atender a los clientes y terminar las llamadas?

En ese ejemplo vemos como el estado de la mente adulto funcionó mejor para evitar un posible conflicto. Esto no implica que los otros yo sean necesariamente negativos, cada uno puede ser apropiado en diferentes circunstancias, pero los conflictos surgen cuando escogemos el estado equivocado en determinada situación.

En conclusión, una buena personalidad aplica el estado del yo conveniente a las circunstancias. Para lograrlo es importante preguntarse ¿qué? estado del yo usar, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde?, y ¿con quién? usarlo.



Referencias

Preece, D (2012).State of Mind: Improving Interpersonal Relations in Your Office. Recuperado de http://www.ophthalmicprofessional.com/articleviewer.aspx?articleID=107492

Ocaña M. (2011) Análisis transaccional: Los tres estados del Yo. Recuperado de http://www.actualpsico.com/analisis-transaccional-los-tres-estados-del-yo/